domingo, 27 de octubre de 2019

AUDIOTECA

En este capítulo podrás  escuchar los audios que me vais mandando y los que yo misma subiré.

Se trata de que compartas extractos de lecturas - poemas, cuentos, novelas, biografías interesantes, canciones - que te hayan gustado para que los demás los escuchen y puedan disfrutarlos gracias a tu selección.

Léelos tú mismo, grábalos y después me los envías a este correo: cepatecateresaenriquez@gmail.com. Dame tu nombre y apellidos y en qué curso estás matriculado. Después yo los subiré a este blog.

Entre todos  iremos construyendo nuestra AUDIOTECA.

Anímate a participar.

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Hoy es 23 de Abril, celebramos el día del libro, asi que aquí os mando un enlace en el que podéis escuchar un poema de Federico García Lorca , en la voz de Mayte Martinela. ¡ Qué la disfrutéis !

"Gacela de amor imprevisto"

https://youtu.be/AdbSDlP0lC0


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En el siguiente audio tenéis extractos literarios que el Instituto Cervantes editó en 2016 para celebrar el Día mundial de la Poesía, que se celebra cada 21 de marzo. 
Son poemas leídos por diversos actores y actrices españoles y de autoría anónima en unos casos, otros pertenecen a Jorge Manrique , Garcilaso, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Cervantes,  Góngora, Lope de Vega, Quevedo, Samaniego, Rosalía de Castro, Carolina Coronado, Espronceda, Bécquer....

Una delicia escuchar estos magníficos versos tan bien declamados. 
Disfrutad, cuidáos y quedáos en  casa. 



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La cuestión del Coronavirus nos obliga a quedarnos en casa, por eso os envío unos audio breves  que invitan a la esperanza y al optimismo que todos necesitamos en esta situación que estamos viviendo. 

Son textos de autores reconocidos mundialmente, Bertrand Russell, José Antonio Marina, Luis Rojas Marcos, Stephen Hawkin, Ralph W.Emerson.... filósofos, psiquiatras, científicos, matemáticos ... palabras de genios de todas las épocas y nacionalidades que espero nos reconforten .















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Ana Merino, autora de la obra "El mapa de los afectos", premio Nadal 2020, incluye este fragmento de un poema de Idea Vilariño en las dedicatorias.
Espero que os guste.





Soy mi padre y mi madre 
soy mis hijos 
y soy el mundo
soy la vida
y no soy nada
nadie
un pedazo animado
que no estuvo
que no estará después.



Idea Vilariño, Nocturnos (1955), fragmento del poema “Una vez”
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El 25 de noviembre estuvimos en Radio Fuensalida leyendo unos textos sobre violencia de género. esta fue nuestra aportación desde el AEPA . Aquí lo puedes escuchar.







Este bonito poema de Joan Margarit inaugura la sección . Te mando el texto que pronto podrás escuchar en audio.

Espero que te guste.

UNA MUJER MAYOR



de Joan Margarit



Las novelas que tratan de parejas
o de madres e hijas
novelas, pues, de amor las ha leído todas.
No cree ni en la sombra de Dios,
ni en nada más allá de las personas.
Cuando, con mi cinismo, yo me acerco,
me escucha y se entristece. Me doy cuenta
de cómo la deseo todavía,
pero ella mantiene a mi amor
lejos de la pasión,
quizá por tanta muerte, quizá por una vida
plena pero difícil: muchas veces
brutal de plenitud. La he entendido mal,
tampoco sé muy bien
qué es lo qué ha entendido ella de mí.
Pero hay un amparo para ambos.
Y tengo un privilegio: llevo escrito
su poema en mis ojos.
No sabría escribir ninguno como este.






Buenos días!!. Hoy te quiero enviar un cuento de la China, con un mensaje muy interesante y educativo. Si te apetece, puedes mandar un comentario.  Nos gustará conocer tu opinión.

Este es el cuento:

EL ARTE DE LA CALIGRAFÍA


Xian
Zhi era hijo del famoso calígrafo Yi Zhi. Cuando su padre trabajaba en el
estudio, el pequeño solía contemplar cómo trazaba los complicados ideogramas
sobre el papel de arroz. Con sus pinceles, chorreando tinta, el artista
plasmaba espíritu y personalidad en los papeles. Poco a poco, el hijo también
adquirió el hábito de escribir. A los pocos meses progresó tanto que los amigos
y vecinos empezaron a alabarlo sin cesar:
—¡Qué
maravilla! ¡Escribes tan bien como tu padre!

El pequeño,
engreído, no cabía en sí de gozo creyéndose ya un experimentado calígrafo.
Cierto día escribió una docena de caracteres y se los mostró a su padre,
esperando de él un gran elogio. Después de examinarlo atentamente, el famoso
calígrafo, que se había dado cuenta de la vanidad de su hijo, no hizo ningún
comentario de lo que había escrito el pequeño. Cogió su pincel y agregó un
pequeño trazo en uno de los ideogramas, y lo convirtió en un carácter
totalmente distinto. Después le dijo:
—Ve y
enséñaselo a tu madre, a ver qué opina. El muchacho fue a buscar a su madre,
esperando de ella un juicio más alentador.
—Mamá, ¡mira
lo que he escrito! ¿Verdad que mi estilo es como el de papá? ¿¡A que sí!?
Aunque la
señora no era calígrafa de profesión, entendía a la perfección la técnica de
ese arte y sus juicios al respecto solían ser muy acertados. Miró detenidamente
la obra de su hijo y le dijo:
—Realmente
has progresado bastante, pero aún te falta mucho para conseguir el brío y la
perfección de la caligrafía de papá. En este carácter que has escrito, solo
este pequeño trazo —dijo mientras señalaba con el dedo justo donde el padre
acababa de dejar su marca con el pincel—, se parece mucho a su estilo; lo demás
no tiene nada que ver.
Avergonzado,
el niño volvió junto a su padre y le preguntó:
—Después de
tantos días de práctica, ¿por qué aún no he podido dominar el secreto de tu
arte?
—Es muy
sencillo, hijo, ¿ves aquellas tinajas que hay en el patio? Cuando empecé a
aprender la caligrafía, me dijeron que tenía que llenar de agua las dieciocho
tinajas. Y el día que se agotara hasta la última gota haciendo tinta y usándola
para los ejercicios, sería un buen calígrafo. Así lo hice, por eso escribo
mejor.
Sin que el
padre tuviera que añadir ni una palabra más, el niño entendió perfectamente.
Corrió hacia el patio y durante toda la mañana estuvo llenando incansablemente
de agua las enormes tinajas, fabricó tinta y se puso a practicar día y noche.
Pasaron
veinte años y cuando hubo agotado la última gota de agua, su dominio de la
caligrafía china era tal, que fue consagrado como el más grande de los maestros
de los pinceles de toda la historia de China.











(Microrrelatos por la Igualdad) Se equivocaba el abuelo. Luis Antonio Meco De la Iglesia


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